Los principales resultados obtenidos por línea de investigación corresponden a: Dinámica del N y prácticas de manejo: El índice de N potencialmente hidrolizable, se asoció en forma significativa al índice de tasa de hidrólisis o mineralización, la que fluctuó entre el 1.6 y 5.4% del N total del suelo, la cual se asoció también al Mg intercambiables, a los coloides orgánicos, y a los complejos en que el Ca , Na y Mg muestran importancia relativa. El laboreo de los suelos trumaos, manejados con pradera, produjo un intensa acidificación estacional, la que no pudo ser detenida con la adición de 2 ton/ha de cal. La disminución del agua aprovechable en el suelo, produjo una declinación de la mineralización del N. La urea presentó mayor eficiencia y velocidad de asimilación en relación al estiércol de vacuno. Se observaron respuestas importantes de los cultivos a manejos en la dosis de fertilización nitrogenada y los momentos de realizar la aplicación. Técnicas de diagnóstico para estimar la disponibilidad de nutrientes: Se comprobó la efectividad y aplicabilidad a las distintas situaciones y cultivos de los test de análisis de actividad de peroxidasa, técnica vía o-fenantrolina y EAA, método multielemental para tejidos vegetales con espectómetro de emisión atómica de plasma por acoplamiento inductivo, cromatografía iónica, y estándares de minerales. Balances de nutrientes: Se caracterizó la respuesta de uva de mesa en relación a problemas asociados al uso de N y K. Además de la influencia del contenido de arcilla de los suelos y la fijación de K, y su efecto en el cultivo de trigo. Evaluación agronómica de fuentes de fertilizantes: Se analizaron los efectos de la fertilización con P y el encalado en alfalfa, el uso de SFT y Roca fosfórica en trigo y raps. Además de las características químicas y físicas de los suelos y su influencia en la dinámica de algunos nutrientes, explicando así la respuesta de algunos cultivos a situaciones puntuales.