Actualmente, en Chile, el mercado de las hortalizas en mínimo proceso está en pleno crecimiento, lo que constituye para los productores hortícolas de la región de O'Higgins un espacio para innovar en distintos aspectos de la cadena del valor de estos productos. Al hablar de mínimo proceso se habla de "productos frescos que han venido en respuesta de los requerimientos de un mercado compuesto por consumidores que gustan de platos preparados de hortalizas limpias, trozadas y envasadas directamente para su consumo. Estos productos corresponden a vegetales crudos sin sus partes no comestibles, perfectamente lavados, pelados y en ciertos casos, trozados, rebanados o rayados, posteriormente embolsados en plástico y conservados a temperatura de refrigeración. No contienen aditivos, reciben sólo tratamientos suaves de desinfección, que conservan sus atributos sensoriales y nutricionales similares al producto original en fresco (Universidad Central, 2013). El desarrollo de estos productos constituye una oportunidad para los hortaliceros, quienes desarrollando este tipo de productos podrán ofrecer alimentos saludables a los consumidores finales, instituciones de manipulación alimenticia e incluso a la Junta de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), a través de las empresas proveedoras de servicios de alimentación