Actualmente diferentes servicios del Estado desarrollan iniciativas tendientes a la conservación de la biodiversidad mediante la protección y recuperación de especies nativas, en particular mediante su germoplasma, sin embargo, pequeñas y pequeños productores de la agricultura familiar campesina tienen dificultades en el acceso a estos Bancos de Semillas, lo que constituye un problema pues se dificulta su conservación y uso activo, así como el consumo de los productos (directos o indirectos) derivados de dichas especies. La creación de centros de rescate, conservación, producción y reproducción de semillas nativas por parte de organizaciones campesinas representa una oportunidad en múltiples sentidos asociadas a la conservación y el fomento del desarrollo local, mediante el ámbito de la producción, la comercialización y el consumo sustentable. En el ámbito de la producción, las y los productores pudieran emplear y comercializar las semillas nativas apuntando a capturar un mayor valor de su producción creando valor a partir de activos inmateriales (anclaje territorial, autenticidad, entre otros), con bajos impactos ambientales.