Es conocida la dificultad de las Cooperativas de acceder a cadenas de valor competitivas, siendo estas principalmente abocadas a la producción de materias primas o productos sin agregación de valor, dado que el último eslabón de transformación presenta una serie de limitaciones que les es complejo superar (altos estándares de normas de calidad, e inversiones, además del conocimiento y capacidad en marketing, diseño y desarrollo de nuevos productos, obtención de productos innovadores, entre otros elementos), limitan la factibilidad de las cooperativas de obtener productos de alta calidad, diferenciados y acceder a mercados más competitivos, sin considerar el volumen de producción como barrera relevante. Es decir, las pequeñas empresas, representadas en este caso por cooperativas limitan su potencial de desarrollar productos atractivos y acceder a nichos especializados sólo por el hecho de tener un bajo volumen de producción, aspecto que por el contrario, podrían favorecer la especialización, originalidad, la sustentabilidad en productos y procesos, y lograr la exclusividad en su oferta comercial. La gran problemática en este sentido es la capacidad y conocimiento en gestión comercial, mercados y modelos de negocios abiertos y flexibles orientados a la transformación de alimentos con énfasis en parámetros sustentables, y que dado su nivel de innovación permitan reducir costos de producción (economías de escala) y maximizar su rentabilidad.