La valorización de los productos agropecuarios vía incremento de calidad es una opción estratégica para el mejoramiento de la competitividad de las empresas asociativas campesinas (EAC). Dentro del Diagnóstico presentado al INDAP el año 2016 en el marco del Programa de Asociatividad Económica (PAE) de EAC, una de las debilidades identificadas es "la falta de certificaciones para producción de calidad". Si bien la sala de extracción de miel comunitaria posee la acreditación SAG - RAMEX (Registro de Mieles de Exportación) para exportar mieles a Europa bajo los criterios de un Análisis de Peligros y Puntos de Control Críticos (HACCP por sus siglas en inglés), no se ha realizado el proceso de certificación de este protocolo por parte de una certificadora. La certificación HACCP nace de la demanda que por alimentos inocuos han establecido los consumidores de los mercados más exigentes y atractivos de alimentos. Esta demanda no solamente surge desde el ámbito privado sino que también es una exigencia contemplada en la legislación de nuestro país (Art. 69 del D.S. Nº977 "Reglamento Sanitario de los Alimentos") y del mercado europeo, principal destino de la miel chilena de exportación (Reglamento (CE) Nº 1664/2006 Y Reglamento (CE) Nº852/2004). Otro aspecto importante en el aumento de la rentabilidad del negocio es el mejoramiento del material genético de los núcleos apícolas. Es sabido los efectos positivos que tiene el incorporar genética en la productividad y longevidad de los núcleos apícolas, por lo que conocer el manejo y las condiciones ambientales de estos sistemas productivos es una buena oportunidad de incorporar y/o mejorar lo ya existente. Por todo lo anterior, la existencia de empresas nacionales que incorporen en sus sistemas estos conceptos constituye una excelente oportunidad para visitarlas y conocer qué tan lejos se está de ellos.