Actualmente y en consecuencia al cambio climático que afecta a nivel mundial, en Chile la actividad frutícola y vitivinícola se ha ido expandiendo al sur, particularmente en la Región de La Araucanía ha permitido diversificar la matriz productiva regional incorporando pilotos, incremento de la superficie plantada y experiencias en vitivinivultura, avellanos europeos, turismo de intereses especiales entre otros, donde gracias al apoyo y visión de los distintos instrumentos de Gobierno se han generado primeros alcances que validan las proyecciones para la región. En la vitivinicultura regional aún falta el desarrollo de la asociatividad, enoturismo, marketing, Sellos de Origen, capacidades técnicas, entre otros; la falta de dicha información y las competencias de profesionales capacitados en la temática no ha permitido despegar el rubro del vino regional teniendo en cuenta que nuestra región los productores nuevos no conocen bien el rubro el cual es altamente competitivo a nivel nacional e internacional, donde su desarrollo en gran parte lo han realizado de forma individual y su mayoría a pequeña escala (5 ha promedio). Por otra parte en las provincia de Malleco y Cautín de la Región de La Araucanía se han visto afectadas por la pérdida de la flora nativa, disminución de sitios de interés, escases de agua y un aumento de la erosión a causa de la agricultura intensiva y plantaciones forestales exóticas que se han instalado en gran parte del territorio lo que ha causado mayor desmedro en la pequeña agricultura de la región desarrollando una agricultura básica o subsistencia, donde la vitivinicultura actualmente se ha convertido en una alternativa para algunos miembros de la agricultura familiar campesina dentro de su diversidad de rubro que contribuye al aporte familiar.