Los pequeños agricultores de la zona costera de la V Región, Provincia de Petorca, tienen escasas alternativas de producción debido a una sequía que se extiende por 7 u 8 años, y a una severa disminución de los niveles de los acuíferos subterráneos. Esto a raíz del cambio climático global que ha definido, como probable y permanente, un déficit de precipitaciones en Chile central, y un incremento de ellas en zonas inusuales como Antofagasta. Este escenario, sumado a inviernos más fríos, ha hecho imposible mantener los pequeños huertos de paltos que, junto a los invernaderos de flores, permitían el sustento de la pequeña agricultura en diversos valles de la zona. Los agricultores han debido dejar o disminuir los cultivos frutales, y concentrar sus esfuerzos en los invernaderos de flores que constituyen una alternativa rentable en sus pequeñas superficies y con el agua que disponen. Sin embargo, la aplicación permanente de riegos deficitarios ha ocasionado incrementos en la conductividad eléctrica (salinidad) de los suelos usados en floricultura, con el consiguiente riesgo productivo.