La tendencia del consumidor por requerir productos saludables y cómodos, que no precisen tiempo de elaboración, ha generado la aparición en el mercado de productos de cuarta gama: vegetales mínimamente procesados y listos para consumir. Esta demanda, satisfecha por empresas de la zona centro del país, ha generado en los consumidores la percepción que la producción hortícola proviene de estos territorios, condicionando la oferta productiva (cuarta gama) de la zona norte a concebir una fuerte estrategia de marketing para introducir aquellos que se elaboran en condiciones de desierto. Por tanto, se torna relevante contar con un buen producto y comunicarlo de manera que las percepciones que se generen sean más atractivas que las que poseen los competidores de la zona central.