La leche es la materia prima que proviene de vacas alimentadas en base a pastoreo, sin adición de hormonas, lo que les confiere a estos productos un atributo diferenciador. La elaboración se realiza a través de un proceso también lo más natural posible, sin adición de químicos como conservantes o gelatina, por lo que el sabor es muy auténtico y diferenciado, lo que les otorga un sello natural, tradicional y de alta calidad organoléptica. La presentación de los yogures es en potes plásticos de 250ml y 1 litro, con precios de $300 y $1.000 respectivamente, con una relación calidad-precio beneficiosa para el consumidor, tres sabores (piña, frutilla y durazno) y, a pesar de ser el producto con mayor rentabilidad, no está desarrollado a nivel de imagen de marca y envase. Al mantener toda la grasa y el azúcar natural de la leche, la experiencia de sabor es especial y adictiva para quienes lo prueban y por eso el cliente siempre vuelve a comprar; precisamente este sabor es el que no tiene competencia en el mercado actual. El quesillo se presenta en bolsas plásticas de 480gr y se vende a $1.000, es el producto con mayor desarrollo comercial y con menor rentabilidad. No obstante, al contener toda la grasa el quesillo resulta de un excelente sabor y textura, que lo diferencia de la mayoría de los quesillos del mercado. Finalmente, el manjar se presenta en envases plásticos de 250gr, que se vende a $800, con un sabor muy tradicional, y el testeo que se ha hecho genera muchas expectativas para el negocio; sin embargo, su desarrollo en cuanto a imagen de marca y producto es aún incipiente.