La fuerte competencia con otros sistemas productivos por insumos energéticos y proteicos, hace urgente buscar fuentes alternativas de energía que permitan abaratar costos y mejorar índices productivos y económicos del sector porcino. Las grasas constituyen una alternativa para lograr estos propósitos. Éstas deben transformarse a polvo, mediante deshidratación en torres de secado por aspersión y calor. En Chile, este proceso presenta limitaciones por el alto costo operacional, escasa disponibilidad de torres de secado, alta ocupación por la industria láctea para el secado de leche y de suero de leche, y porque no permite un producto final con alta proporción de grasa por el riesgo de auto-combustión de las mismas y daño a la torre de secado. La suplementación con ácidos grasos esenciales Omega 3 es importante para la nutrición fetal y neonatal temprana de calidad. Se ha demostrado que deficiencias nutricionales fetales, aumentan la incidencia de nacidos con bajo peso y la morbilidad y mortalidad neonatal temprana. La alimentación de hembras durante la gestación y lactancia y de los lechones en la etapa postdestete, se caracteriza por un bajo aporte de grasas y uso de aceites vegetales, lo que condiciona un desbalance en la relación Omega 6 / Omega 3, debido al menor aporte de estos ácidos grasos al feto a través de la placenta y al recién nacido a través de la leche.