La falta de información relevante y confiable que permita reducir el riesgo, es un elemento crítico para los productores. Sobre todo debido a que los datos estadísticos muestran que la volatilidad de los precios de los productos agrícolas ha sido históricamente alta, frecuentemente con variaciones superiores a 25% entre la fecha de decisión de siembra y la venta del producto, por lo que sólo este factor puede determinar el éxito o fracaso de la temporada. Una de las maneras en que se ha abordado esta problemática, ha sido desarrollando mecanismos para que aquellos riesgos sean transferidos a terceros para que ellos los administren. Pero ¿a quiénes se puede transferir los riesgos? Generalmente a entidades que, entre otras razones, por especialización y por generar grandes cantidades de transacciones, puedan ofrecer seguros que cubran estos riesgos, bajo el principio simple y general de que no a todos le ocurren eventos negativos al mismo tiempo. Es así como se puede observar que, en diversas economías desarrolladas y algunas de las emergentes, existen hoy en día mecanismos de seguros de precios para productos agrícolas. En Chile, las coberturas de precios tienen un acceso hasta el momento muy limitado.