Chile cuenta con un importante potencial de expansión del cultivo de quínoa, cuyo grano puede adaptarse a diversos territorios, repercutiendo en una mejora notable en los ingresos de los productores gracias a las ventajas exclusivas de la quínoa. No obstante, en Chile a diferencia de los principales países productores como Perú, Bolivia y Ecuador, existe bajo nivel de innovación en tecnologías e investigación para hacer frente a los actuales niveles de productividad y calidad de producto que permita por ejemplo una diferenciación en el mercado nacional e internacional de su grano, fabricación y adaptación de maquinarias, niveles y formas de asociatividad de productores, así como una estructura nacional de inserción de la quínoa en la alimentación del país, asegurando procesos de calidad e inocuidad alimentaria.