En la precordillera de Ñuble se desarrolla una agricultura de subsistencia de baja rentabilidad, donde la actividad ganadera se basa principalmente en ovinos, ya que requieren un menor tiempo de recuperación del capital. Sin embargo, en la zona se produce sobreexplotación de las praderas existentes y escasa producción de forraje, situación agravada por la condición de secano de la zona y por condiciones climáticas adversas como heladas en primavera y largos períodos de sequía. Por otro lado, se observan bajos índices productivos que afectan la rentabilidad y limitan el escalamiento comercial, como consecuencia de la falta de inversión en tecnologías y manejos que permitan un mejoramiento de las praderas, así como de un insuficiente manejo genético e incorporación de razas que mejoren los indicadores reproductivos y atributos de los productos finales.