Los pueblos atacameños históricamente han cultivado distintas variedades de papa (Solanum tuberosum) adaptadas a sus territorios, mediante técnicas ancestrales de cultivo, para obtener este tubérculo de alto valor nutritivo y usarlo en distintas preparaciones culinarias y ceremonias tradicionales. Durante el año 2011 en la Universidad de Antofagasta se realizó un estudio de hortalizas cultivadas en el interior de la Región de Antofagasta, que levantó información sobre la composición nutricional de una variedad de papas de color morado y se determinó que contienen una alta concentración de antocianinas. Una de las recomendaciones del estudio señala que es fundamental aumentar la producción agrícola de esta especie, ya que su oferta es limitada para la generación de productos procesados que incrementen su valor agregado, así como para su almacenamiento para venta a lo largo del año.