Para semillas orgánicas, Chile carece de una oferta confiable para la producción a nivel mediano y grande. Por la falta de disponibilidad, algunos productores orgánicos utilizan semillas convencionales, pero un problema fundamental es que estas semillas son tratadas con agroquímicos no permitidos en la producción orgánica, y así ponen en peligro la confianza de sus consumidores en el sistema de producción orgánica certificada. Ante esta situación otros productores se ven obligados a recurrir a semillas del circuito informal. Estas semillas a menudo son de calidad inferior, afectando negativamente el rendimiento y la calidad de su producción, y así también bajando la rentabilidad económica de su empresa. Este problema es más urgente para especies de hortalizas, porque, en general, son más difíciles de multiplicar por los productores mismos que, por ejemplo, cereales y leguminosas.