La mayoría de los escenarios de cambio climático sugieren un proceso de aridización en muchas áreas del mundo, que afectará de manera significativa a la actividad agrícola. Por eso es cada vez más importante investigar las respuestas de las plantas a la sequía ya que son cada vez más frecuentes e intensas. Zonas como el Norte Chico llevan casi 10 años de escasez hídrica. Este problema es relevante para la agricultura en general, sin embargo, es especialmente sensible para sistemas agrícolas de largo plazo, como frutales y viñas. En el escenario actual, áreas favorables para un cultivo dado pueden llegar a convertirse en desfavorables durante el ciclo productivo del huerto, y manejos agronómicos que se realizan durante una temporada pueden repercutir en las temporadas siguientes. Entonces, se hace cada vez más urgente contar con herramientas de gestión del recurso hídrico, que permitan adaptar la agricultura al nuevo escenario climático y no sólo implementar medidas reactivas.