La fruticultura actual debe mejorar la competitividad bajo el concepto de tecnología de información y comunicación (TIC) aplicado en la agricultura de precisión. Mediante el uso de mapas geoespaciales es posible segregar la estimación del rendimiento del cultivo, relacionando el suelo con el comportamiento morfológico y fisiológico de las plantas, lo que permite un manejo eficiente de los recursos productivos. En Chile, la producción de arándanos presenta un atractivo incremento del 6% en la superficie cultivada, sin embargo, el cambio climático ha generado diferentes grados de estrés abiótico en las plantas que se traduce en pérdidas de producción y fruta de mala calidad. En el área agrícola, no tener la información de estimación certera de producción genera también deficiencia en la gestión de la mano de obra específica que se requiere para la cosecha.