La mayoría de las especies de murciélagos, a escala global, son insectívoras y se alimentan exclusivamente de ellos. Existen multitud de trabajos científicos que han demostrado su importancia en los servicios ecosistémicos, ya que actúan como controladores y reguladores naturales de plagas agrícolas y forestales, lo cual tiene serias implicaciones socio-económicas en las regiones. Además son animales muy amenazados y por ello están protegidos, tanto por la legislación internacional como nacional. La mayoría de las plagas en cultivos son producidas por larvas de insectos nocturnos (especialmente coleópteros y lepidópteros), los cuales son una parte importante de la dieta de los murciélagos insectívoros.