El cultivo del papayo es un frutal típico de la región de Coquimbo donde se concentran las plantaciones. La superficie nacional ha sido fluctuante por la rentabilidad del cultivo, que en algún momento afectó principalmente a productores pequeños, los que han dejado de producir, permaneciendo principalmente aún en el rubro, agricultores de tradición en el papayo. Desde el punto de vista técnico, este cultivo tiene una falencia de información, lo que impide proponer mejoras agronómicas, a pesar de que se ha avanzado en algunos aspectos de postcosecha y, propiedades y uso del látex que se obtiene de los frutos. Uno de los problemas, que se identifica es el polimorfismo sexual de las plantas, como un factor de heterogeneidad que influye en la producción. Para ello se propone detectar tempranamente la expresión sexual de las plantas, pero no es posible debido a que no se puede discriminar molecularmente el sexo de las plantas. Sin embargo, se han identificado algunas prácticas promisorias, dentro del período del proyecto, que permiten disminuir el riesgo de plantas machos improductivos. Estas prácticas necesitan ser evaluadas en un horizonte de mayor plazo y también en términos de los costos que ello representa y los eventuales incrementos en la productividad.