Desde la antigüedad la castaña ha proporcionado importantes recursos alimentarios, culturales y económicos a las civilizaciones, principalmente en Europa, Asia y América del Norte. Además del fruto, el árbol del castaño permite la obtención de madera, de una tonalidad particular y muy valorada. Para ser consumida debe someterse al calor, ya sea en agua o fuego directo, lo que permite resaltar su sabor único. La castaña (Castanea sativa) se recolecta primordialmente de forma artesanal, sin embargo, con el correr de los años se ha integrado tecnología a esta faena. Las características nutricionales y bioactivas, específicamente por sus antioxidantes, hacen a la castaña un fruto atractivo para promover su consumo, se considera un alimento saludable y que aporta la energía necesaria para enfrentar las distintas estaciones del año, principalmente la otoñal que es cuando se desarrolla la cosecha.