Hoy en día los agricultores no son capases de visualizar los posibles focos de problemas en el campo a simple vista, realizando manejos agronómicos deficientes, debido que no hay una identificación del sitio específico del problema y ni menos saben la cuantificación del daño en el campo, recurriendo a soluciones ineficientes o a servicios inoportunos. El factor calidad y condición de fruta es un ejemplo de ello, pueden variar dentro de un 50-80% en el campo dependiendo de la interacción de los manejos agronómicos y el cultivo, que además son gravemente afectados por los cambios climáticos, que traen consigo fluctuaciones de temperatura, lluvias inoportunas y en algunos casos escases hídricas y al ir asociados a técnicas agrícolas ineficientes adulteran la calidad de las frutas tanto para procesos agroindustriales como las ventas en fresco. Es necesario intervenir de forma rápida e innovadora con la ayuda de sensores (espectroscopia), que permitan generar una herramienta que diagnostique parámetros agronómicos sobres las podas y la calidad de frutos, que puedan ser utilizadas como estándar de segregación ayudando a los productores a tomar medidas correctivas ante la inestabilidad climática que afecta a los cultivos.