En el proceso de colonización masivo del sector de los Torreones (Región de Aysén), a partir de 1930, se afincaron en el valle colonos provenientes principalmente de Chiloé, los cuales trajeron consigo al sector manzanos, que se aclimataron al sector y que están presente hasta la fecha en las quintas de las generaciones sucesivas. Estas plantas han proporcionado la fruta con la que elaboraban mermeladas, jugos y chicha, representando este último una tradición arraigada del sector. Aunque estos árboles frutales se conservan hasta la fecha y se generan algunos productos elaborados, estos están sin el manejo productivo adecuado, lo que llevado a un consecuente envejecimiento y que por lo cual no han expresado su potencial. Por otro lado, no se han desarrollado propuestas en valor de estas manzanas ayseninas, con productos que se inserten de forma adecuada al mercado local según la demanda actual, destacando su sello regional, por ende hay un desaprovechamiento de este recurso, que puede tener un potencial como materia prima para la elaboración de productos y por otro lado, como material genético de alto valor por su adaptabilidad a la zona.