Los invernaderos subterráneos se pueden construir dentro de una amplia variedad de condiciones geográficas y climáticas, debido a que el suelo es más cálido en invierno y más frío en verano, se crea un microclima mucho más estable que el cultivo en el exterior. Los subsuelos mantienen una temperatura constante todo el año de 15º C aproximadamente. Los invernaderos bajo tierra son claves en zonas con fríos extremos, en donde se puede cultivar alimentos todo el año. Es un sistema que logró asentarse como una alternativa económica que genera muy poco impacto ambiental. El diseño se construye 1 a 1.5 metros bajo tierra, y la configuración permite la recolección y el almacenamiento de la radiación solar durante el día. El crecimiento se puede lograr durante todo el año, independientemente de las condiciones climáticas, razón por la cual los invernaderos subterráneos se denominan Walipini, que significa “lugar de calor”.