Los textiles sintéticos generan gran contaminación al ser de origen petroquímico, siendo causantes del 35% de los microplásticos en las aguas debido al lavado de ropas, incluyendo los “eco-cueros” de poliéster, PU o PVC. A partir de esta problemática, la solución está relacionada a las fibras naturales, pero se está evitando las de origen animal con el fin de no fomentar su explotación. Lo sostenible está dado en los textiles basados en plantas, donde se puede extraer fibra desde diferentes tipos de materia orgánica. A nivel Regional, uno de los cultivos con mayores índices de residuos es el maíz (54%), identificando una oportunidad para utilizar la fibra contenida en el rastrojo (tallos y ramas principalmente) y desarrollar un material para el mercado de cueros veganos, el que proyecta para 2025 ventas globales de 89 billones de dólares a un crecimiento del 49,9% según Infinium Global Research. Kala será un textil bio-basado compuesto por fibras de maíz que serán aglomeradas por biopolímeros que contendrán un aditivo de cobre, por lo que será vegano, con materias primas locales y con acción antimicrobiana.