Mediante este proyecto, se observó que las tasas de crecimiento de los corderos lechales no fueron afectadas significativamente ni por los genotipos ni por el sexo de los animales. Además, se comprobó que las principales características de la canal fueron similares entre los genotipos estudiados, sin verse mayormente modificadas ni por el sexo ni por el peso de sacrificio de los corderos. Para el caso específico de las principales características de las canales y del rendimiento al desposte comercial de los genotipos, se puede decir que existe una marcada similitud entre los genotipos estudiados. Esta situación se asoció al hecho de que los pesos de sacrificio estaban previamente determinados. También, se observó que los machos alcanzaban con más precocidad los pesos asignados, dada su mayor tasa de crecimiento. Para la composición tisular de los cortes de espaldilla y pierna, no se observaron grandes diferencias entre los genotipos estudiados. La pierna mostró una leve mayor proporción de músculo y en ambos cortes se registró un mediano contenido de tejido graso (12-18%). El contenido de tejido graso observado se asoció a la elevada precocidad de los animales y al alto contenido energético de la leche de oveja. También se observó que el componente músculo era similar al de los caprinos, llamas y alpacas, lo que confirmaba la aptitud de los corderos lechales como potenciales proveedores de carne de consumo para la población. En cuanto al peso de los componentes corporales, se observó que los pesos más elevados se alcanzaron en corderos lechales beneficiados a los 15 kg de peso vivo. Los mayores pesos correspondieron al cuero, luego al sistema digestivo lleno y vacío, la cabeza, patas, pulmón más tráquea e hígado. Las mayores longitudes correspondieron a los animales con mayor peso al sacrificio. Respecto de la composición química de la carne, se vio que la humedad era menor que la presente en ovinos adultos, bovinos y porcinos; que el contenido de proteínas era similar al de los corderos beneficiados a 17 kg y menor que el de la carne de bovino; y que el extracto etéreo presentaba la mayor variación de todos los componentes y era mayor que el de las carnes de llamas y alpacas, pero menor que el de ovinos adultos y porcinos. En general, se puede afirmar que la carne de cordero lechal mostró valores de proteína y grasa similares a los de las principales especies de abasto. El perfil de ácidos grasos se caracterizó por presentar una elevada proporción de ácido palmítico y esteárico, y por tener al ácido oleico como el más abundante de los ácidos grasos insaturados. Por otro lado, la proporción de ácidos grasos saturados era concordante a la de cerdos, bovinos y camélidos sudamericanos. En relación con el panel de aceptabilidad de la carne, se comprobó que el grado de aceptabilidad fue muy elevado, puesto que el mínimo se ubicó en un 75% y el máximo en un 95,8%. Esta comparación se realizó entre la carne de corderos lechales, y la de llamas y alpacas. Para estas últimas, el grado de aceptabilidad fue de un 50% y de un 100%. Dentro de este mismo punto se puede decir que las propiedades organolépticas de la carne fueron superiores a las descritas para las especies tradicionales de abasto. Específicamente, la carne de cordero lechal estudiada presentó una buena apariencia y textura, así como un color, aroma, salado y sabor cercanos al ideal. Su dureza y jugosidad fueron normales, y fue levemente grasa y fibrosa.