Chile fue el segundo productor mundial de salmónidos, sin embargo los diversos agentes patógenos que afectan a la salmonicultura han reducido su competitividad. La gravedad de esta situación se evidenció entre 2007 y 2010 cuando, producto de brotes de virus ISA, se produjo el cierre del 90% de los centros productores. Estos problemas se han combatido principalmente preparando el sistema inmune de los peces. La vacunación es la estrategia más utilizada, sin embargo, muestra resultados variables con importantes pérdidas debido al estrés ocasionado al pez, daño en la calidad del filete y muerte de los ejemplares por mala manipulación. Esta situación desincentiva su uso y merma su eficiencia, requiriendo de varias vacunaciones para un óptimo resultado.