En el ganado, el olor, textura, sabor y efectos fisiológicos de la ingestión de una planta regulan el consumo de especies con diferente valor nutritivo, contenido de taninos, alcaloides y toxinas. El principio de asociación entre causa y efecto es la base natural de la aceptación o rechazo a un alimento. El comportamiento “enseñado” llamado Aversión Inducida consiste en generar el rechazo a un alimento, por el recuerdo de su consumo asociado a una sensación de enfermedad provocada artificialmente. El rechazo a un forraje en particular se puede inducir con cloruro de litio, que, administrado oralmente en dosis bajas después de su consumo, provoca ligeras molestias gastrointestinales (náusea).