Las plantaciones de olivo en Chile son en general sistemas superintensivos de alta densidad, donde el objetivo es obtener precocidad productiva, altos rendimientos y mecanización de las labores. Los huertos cuentan con riego tecnificado y se ubican en zonas altamente afectadas por la restricción hídrica. Los proyectos se establecieron esperando rendimientos según los obtenidos en Europa en superintensivos donde se logran 2.000 lt de aceite/ha y 15.000 kg de fruta/ha. Pero los rendimientos obtenidos están muy por debajo de lo esperado llegando a valores de 900 a 1.200 litros de aceite/hectárea y de 5.000 a 7.000 Kg fruta/há, colocando en riesgo la rentabilidad del negocio. Según lo concluido en el proyecto Modelo predictivo de Chileoliva donde se analizaron las variables influyentes en la producción nacional, la baja productiva se explica en primer lugar