En Chile el cultivo de arándanos es una actividad en constante expansión debido a la demanda creciente de estas frutas por parte de los mercados mundiales por sus reconocidas y demostradas cualidades beneficiosas para la salud. El proyecto busca desarrollar pequeñas esferas llenas con jugo de arándano, es decir, perlas con un contenido interior líquido que posee una alta concentración de antioxidantes con agradables propiedades organolépticas. Esto se logra por medio de un proceso de encapsulación que permite preservar las propiedades naturales que posee la fruta recién cosechada y su conservación a temperatura ambiente por lo menos durante un año. El objetivo es obtener un producto de alto valor agregado, competitivo y de calidad nutricional producidos por pequeños agricultores de la región del Biobío, traspasando parte de las utilidades del aumento de valor agregado a estos productores.